Alejandro Toledo,
Expresidente de Perú.-
Se hubiera evitado propiciar lástima sobre su estado de salud de haber enfrentado desde el principio a la justicia por el caso de los sobornos de Odebrecht que habría recibido cuando gobernó la nación. Optó por refugiarse en Estados Unidos y resistirse, con lo que se incriminaba, para ahora llegar extraditado y ser encarcelado.
Luis Almagro,
Secretario general de la OEA.-
Sin importar que haya salido airoso, el proceso a que fue sometido por supuesto conflicto de interés en su mandato lo perseguirá como una sombra. No deja de plantear sus dudas que se determinara que solo violó el sentido común con sus relaciones con una empleada del organismo. Hay quienes pensarán que se salvó por la protección de Washington.
Milagros Ortiz Bosch,
Directora Ética Gubernamental.-
Constituye un auspicioso precedente el informe que presentó ante la OEA sobre los resultados de la lucha contra la corrupción en el país. La acción resalta, por demás, el compromiso con la transparencia y contra la dilapidación de los recursos públicos. Por lo menos en buenas manos está el pandero.