Los vecinos del residencial “Isabel Villas” son desde hace tiempo víctimas de acoso por un conflicto del que todavía no se vislumbra una solución. Abogados (litigantes temerarios) que conocen y utilizan los vericuetos y artimañas dentro de la Justicia Dominicana han sido contratados para demandar a vecinos, familiares, personal del Ayuntamiento del Distrito, jueces y fiscales.
Son más de 35 vecinos demandados, interponiendo un total de 148 querellas. -Las ultimas diez recibidas durante el feriado de semana santa- Todas, con un contenido sin fundamento legal ni fáctico, solo con la intención de crear desasosiego, pues cada vez que un motorista toca tu puerta, presumes que se trata de una nueva demanda.
La barra de bien pagados abogados, no hace otra cosa sino actuar con el objetivo de entorpecer o retrasar los procesos judiciales, o para obtener una ventaja indebida para su cliente. Actos que afectan negativamente el sistema de justicia, al dilatar los procesos judiciales transcendentales y que además generan gastos y pérdida de tiempo innecesaria para todas las partes involucradas.
En el conflicto ha salido a relucir el trastorno de personalidad, caracterizado por un patrón persistente de comportamiento impulsivo, insensible, antisocial y carente de remordimiento o culpa. Esta condición también es conocida como trastorno de personalidad antisocial (TPA).
Defenderse de un psicópata ha sido un proceso complejo pues requiere la intervención de profesionales capacitados en salud mental designados por la justicia. Los vecinos hemos cumplido nuestra parte informando a la Policía y externando el caso por los diferentes medios. Sin embargo, nuestro personaje de marras a pesar de su condición continúa con sus hechos.
Es urgente que las autoridades competentes, como la Policía, el Ministerio Público y el Ayuntamiento del Distrito Nacional, tomen medidas de protección inmediata para garantizar la seguridad de los vecinos, (sobre todo las damas) frente a un neurótico solitario con dinero, sin apocamiento ante la sociedad.