Los dominicanos ahora tenemos la moral muy en alto. Nos sentimos bien representados y respaldados por las políticas públicas de este gobierno. Dondequiera que estemos, esto representa un gran estímulo para crecer y desarrollarnos en diferentes niveles y en todos los ámbitos. Con claras evidencias en el desempeño profesional, laboral y comercial de todos y cada uno.
La XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y Gobiernos, donde nuestro país asume un liderazgo indiscutible, el presidente Luís Abinader reafirma sus condiciones de estadista e inquebrantable defensor muestra soberanía.
El evento apuntala nuestra imagen en todos los foros globales, patentizando nuestra vocación de buenos servidores y mejores anfitriones.
Se ve reflejado a mediano y largo plazo en un mejor receptividad y respuestas favorables en nuestras relaciones con todo el mundo. Como, de hecho, viene ocurriendo.
El comercio y el servicio exterior, con todo lo que representan para nuestra economía y posicionamiento en los mercados, resultan altamente favorecidos por los cambios registrados, tanto a nivel interno como hacia afuera. Esta nueva cara se expresa en la confianza, la estabilidad y el respeto.
En términos de incentivo y estímulo para los sectores productivos que intervienen en diferentes renglones esto constituye un valor agregado que se refleja notablemente en la calidad y preciso de nuestros bienes y servidos.
Con la moral en alto, con una mejor y mayor aceptación de nuestros productos y recursos accesorios, incluyendo sobre todo el humano, los dominicanos estamos cada vez más motivados y comprometidos con el desarrollo del país. Sobre todo, con los cambios que se vienen dando bajo el liderazgo del presidente Abinader y el PRM.